Toyin Kolawole puso su amor por Nigeria en el éxito de Iya Foods
4 de enero de 2024 | Por Justin Kirkland, redactor
Cuando Toyin Kolawole, fundadora y CEO de Iya Foods, está de ánimo, la encontrarás recorriendo las instalaciones de producción de 3800 metros cuadrados donde se fabrican productos a base de mandioca, un tubérculo capaz de reemplazar ingredientes ricos en cereales. Entre los empleados de maquinaria y fábrica, ella se destaca por sus anteojos de montura gruesa y una sonrisa contagiosa. Si fueras Kolawole, también tendrías motivos para sonreír: crear una pequeña empresa exitosa, nacida de sus raíces nigerianas, ha sido su sueño desde la infancia.
Desde su fundación en 2015, Iya Foods ha pasado de una pequeña instalación, de una fracción de su tamaño actual, hasta convertirse en una próspera empresa de productos para hornear que sustituyen el trigo. Con una asombrosa producción de casi 3.000.000 de kilos de bocadillos y 9.000.000 de kilos de mezclas secas para hornear al año, Iya Foods se ha convertido en una compañía multimillonaria cuyos productos se pueden encontrar en todo el país y en Amazon. Pero Iya Foods es, ante todo, una oda a la madre de Kolawole y su cultura nigeriana. Para poder narrar la historia de éxito de Iya Foods, tenemos que remontarnos unos años atrás.
Nigeria es el mayor productor de mandioca del mundo, ya que representa más de una quinta parte del suministro mundial de mandioca,1 pero también es el país del que proviene Kolawole. Kolawole es la segunda hija y primera hija mujer de su familia, y dejó Nigeria para venir a Estados Unidos en 2003 a cursar una maestría en administración de empresas especializada en emprendimiento e innovación en Northwestern University. Inspirada por la cadena de pequeños negocios y actividades secundarias de su madre, Kolawole siempre ha tenido interés por los negocios, lo que la ha llevado a obtener su título avanzado para luego incursionar en el mundo de los emprendimientos. Kolawole recuerda a su madre como una fuente de inspiración. “Mi mamá tenía muchos “microemprendimientos”, pero realmente eran pequeños ajetreos secundarios”, relata con una sonrisa. “Eran trabajos que hacía desde casa para poder llegar a fin de mes. Yo la ayudaba mucho. Eso se convirtió en mi formación empresarial informal”.
Kolawole tuvo dos hijos en Estados Unidos y sentía la necesidad de asegurarse de que ellos experimentaran al menos una parte del mundo en el que ella se crió. Mientras elaboraba su plan para Iya Foods, seguía regresando a sus raíces nigerianas. La mandioca parecía un buen punto de partida. No solo es un alimento básico de su país de origen, sino que sus patrones de crecimiento abundante garantizaban una mayor estabilidad que otros cultivos como ingrediente clave para fabricar productos sin cereales, a pesar de los constantes problemas que enfrentan los agricultores. Y el potencial en el mercado de los productos a base de mandioca, que van desde mezclas para panqueques y brownies sin gluten hasta polvos y harinas, surgió en un momento en que las personas son más conscientes de los tipos de alimentos que consumen.
“Puedes vivir sin otras cosas, pero no sin comida”, explica. “O comes o te mueres, y soy de esas emprendedoras que realmente piensa seriamente en producir ingredientes alternativos sustentables y a gran escala”. Más allá de esas especificaciones técnicas, Kolawole está abocada a la cultura de los alimentos. La mandioca no es solo una especie de tubérculo milagroso que se puede moler para ayudar a aliviar los problemas culinarios de los consumidores sin gluten; es un producto de exportación clave de África, cuya narrativa en la cocina global a menudo se pasa por alto.
Eso nos lleva a los agricultores, que permanecen en el corazón de la ética de la empresa. “No es ningún secreto que África se ha utilizado para construir muchas economías occidentales”, afirma. “Estaba decidida a hacer lo posible para asegurarme de que cualquier beneficio que se genere a través de la mandioca se comparta”. Iya Foods trabaja con más de 10.000 agricultores nigerianos y se asegura de que se les pague de manera justa y estén al tanto de cómo se utilizan sus productos. Todo se remonta a la mandioca, que es inseparable del pueblo de Nigeria.
Cuando comenzó su empresa en Estados Unidos, estaba sola. Kolawole recuerda haber descargado una camioneta entera sin ayuda. Como tantas otras pequeñas empresas, Kolawole tuvo que hacer las veces de gerenta de instalaciones, analista financiera y, por supuesto, profesional del marketing. Lograr introducir el producto en el sector de retail fue difícil, e incluso cuando las personas mostraban interés, ella recuerda una demora de seis a ocho meses desde el momento en que se registraron los productos hasta que comenzaron a aparecer en las góndolas.
Después de una serie de lanzamientos de productos, Iya Foods analizó producir especias y mezclas para hornear, que podían empaquetarse de manera que pudieran venderse en línea. Esta idea condujo a Iya Foods a Amazon. Kolawole recurrió a Amazon en 2016 como una oportunidad para dirigirse directamente a sus clientes, así como un lugar donde podría analizar a los competidores de la gama de productos de Iya Foods. Y fue la venta en Amazon lo que ayudó a demostrar el poder adquisitivo a las tiendas de abarrotes.
A la hora de anunciar en Amazon, Kolawole vio la posibilidad de usar Amazon Ads como un paso fundamental en la expansión de Iya Foods, generando un mayor revuelo en torno al producto y, a su vez, haciéndolo más atractivo para su venta en tiendas físicas. Ella compara las soluciones tecnológicas con un campo de juego nivelado para los vendedores. “Usamos mucho los anuncios patrocinados de Amazon. Esa nuestra principal estrategia para captar la atención de los clientes que quieren probar tu producto por primera vez”, afirma. “Constantemente usamos Amazon Ads para mostrar nuestros productos a los clientes porque es un espacio muy competitivo”.
Gracias a la experimentación y la combinación correcta de palabras clave, Iya Foods encontró el punto justo para su estrategia publicitaria con ayuda de Amazon Ads. El impacto positivo de los anuncios ha llevado al producto a expandirse en Amazon y otros sitios web, ya sea en forma de comentarios de celebridades en línea o al poder establecer una presencia más fuerte en las tiendas de retail, solo a partir del reconocimiento. “Amazon es donde obtuvimos nuestro primer millón de dólares como empresa”, comenta. “Y todo el mundo sabe lo difícil que es eso”.
En cuanto a lo que depara el futuro para Iya Foods, el objetivo no está muy lejos de la intención original de la compañía. Si Nigeria tiene la mayor parte de la producción de mandioca, Iya Foods quiere tener la mayor parte de la cuota de mercado libre de las empresas que utilizan la mandioca como impulsor. Pero es más que eso: Kolawole quiere honrar la tradición y cultura de la mandioca y el país de la que proviene. Como nigeriana estadounidense, piensa constantemente en la identidad y el poder del negocio que ha creado, cómo inspira a los afroamericanos, a las mujeres y a los CEO de pequeñas empresas. Pero cuando nos remitimos a la esencia, encontramos un elemento común: la comida. Según Kolawole, la comida es amor.
“La comida les recuerda a las personas su humanidad compartida. Creo que es imposible no conectar con alguien cuando compartes una comida”, dice. “Cuando compartes comida, compartes amor”.